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jueves, 11 de febrero de 2016

CONFIRMAN LAS ONDAS GRAVITACIONALES DE EINSTEIN


La detección de estas ondas se convertiría en uno de los más importantes hallazgos científicos del siglo XXI  

Un equipo de científicos de Estados Unidos ha logrado detectar directamente la existencia de las ondas gravitacionales que predijo Albert Einstein hace 100 años, un hallazgo que según expertos se convertiría en uno de los más importantes del siglo XXI.

"Señoras y señores, hemos detectado las ondas gravitacionales", explicó el director del Observatorio de Interferometría láser de Ondas Gravitacionales (LIGO, por sus siglas en inglés), David Reitze. "Esta es la primera vez que se las detecta. Esto confirma nuestras observaciones de los agujeros negros y otros cuerpos", agregó.

Dos agujeros negros chocaron entre sí hace unos 1.300 millones de años. El cataclismo lanzó ondas gravitacionales en todas direcciones hasta que llegaron a la Tierra el pasado 14 de septiembre, donde fueron captadas por instrumentos instalados en Estados Unidos, explicaron los científicos durante una conferencia de prensa en Washington.

"Es un honor comunicar y ser parte de este equipo que logró detectar las ondas gravitacionales, un adelanto anhelado por años por científicos de todo el mundo", dijo Gabriela Gonzales, miembro de LIGO.


Para los expertos, este descubrimiento le valdría el Premio Nobel a los responsables del experimento. Y es que no solo confirmaría la predicción de Albert Einstein, sino que abriría una nueva ventana a la observación del universo.

El equipo multidisciplinario de científicos estuvo compuesto por miembros del Instituto de Tecnología de California (CALTECH), el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y del LIGO.

Las ondas gravitacionales

Las ondas gravitacionales se crean cuando las masas se aceleran -por ejemplo, cuando las estrellas explotan al final de su vida- y comprimen y estiran el espacio-tiempo de forma similar a las ondas que provoca una piedra lanzada al agua.

Pero por lo general las ondas gravitacionales son tan débiles que Einstein no creía que pudiesen medirse. Aun así, los físicos intentan desde hace 50 años encontrar una prueba directa de su existencia, aunque hasta ahora todos los hallazgos que se reportaron resultaron ser inconsistentes.

En 1974, los astrónomos estadounidenses Russell Alan Hulse y Joseph Taylor descubrieron un sistema binario compuesto por dos estrellas de neutrones que orbitan una muy cerca de la otra.

Su periodo de revolución se reduce lentamente, lo que se explica con la pérdida de energía a través de las ondas gravitacionales. Ambos investigadores recibieron el Premio Nobel de Física en 1993 por esta demostración indirecta.




Einstein teorizo las ondas gravitacionales. (Foto: AFP)

En enero de este año, un físico estadounidense difundió en su cuenta de Twitter el rumor de que uno de los instrumentos más sensibles del mundo podría haber demostrado la existencia de las ondas gravitacionales.

Lawrence Krauss, de la Universidad Estatal de Arizona, escribió en setiembre que habían fuertes "rumores sobre una comprobación (de la existencia) de las ondas gravitacionales en el detector LIGO".

En enero, Krauss añadió: "Mi rumor sobre LIGO fue confirmado por fuentes independientes. ¡Sigan atentos! ¡Posiblemente se han descubierto ondas gravitacionales! Emocionante". Krauss no forma parte del proyecto LIGO ni habló directamente con ninguno de sus 900 investigadores, según confesó a la revista "Science".

Pero los investigadores de LIGO no son los únicos que buscaban pruebas de la existencia de ondas gravitacionales. En diciembre, la Agencia Espacial Europea (ESA) lanzó un proyecto a gran escala para investigar las ondas gravitacionales en el espacio.



FUENTEMaEl: 11Feb-2016 elcomercio - YouTube/WorldBreakingNews

viernes, 29 de enero de 2016

¿Inventar una máquina del tiempo conllega algún riesgo?. Análisis yconclusiones.

¿El budismo y la física cuántica dicen lo mismo?

EL BUDISMO PARECE HABER DESCUBIERTO HACE MÁS DE 2 MIL 500 AÑOS LA MISMA VERDAD QUE APENAS AHORA DESCUBRE LA FÍSICA CUÁNTICA, POR UN MÉTODO DE INVESTIGACIÓN INTERNA.
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Por más que las intersecciones entre el budismo y la física cuántica hayan sido el tema de numerosos libros y documentales new age que han sido criticados por divulgar una imagen de la física moderna poco fiel a la realidad –cargada de una dosis de magia y pensamiento positivo– es indudable que algunos de los postulados de la mecánica cuántica tienen importantes coincidencias con algunos de los principios del budismo, algunos de los cuales tienen más de 2 mil 500 años. La simple curiosidad humana y la búsqueda de la verdad nos hacen maravillarnos de esto y pensar que tal vez el budismo, quizás la disciplina más penetrante en su averiguación de la naturaleza de la mente que el hombre conoce, tocó profundas verdades, que por otro método hoy estamos confirmando.

Hace apenas unos meses, el Dalái Lama fue anfitrión de una conferencia sobre budismo y física cuántica en la que discutieron las asombrosas similitudes, particularmente entre la filosofía de Madhyamaka del gran santo Nagarjuna y algunas de las teorías más extrañas de la mecánica cuántica, como la dualidad onda-partícula, el entrelazamiento cuántico y el colapso de la función de onda. Uno de los principios básicos del budismo de Nagarjuna es que todos los fenómenos y todas las cosas están vacías, ya que no tienen una esencia independiente: para existir dependen de otra cosa y esa otra cosa depende de otra y así ad infinitum –a esto se le llama originación dependiente. Lo anterior puede equipararse con la noción de la física cuántica de que el estado definido de una partícula en el tiempo y en el espacio no existe hasta que no es observada, es decir depende de otra cosa siempre, de tal forma que no podemos decir que exista por sí misma. 

Recientes investigaciones en torno al fenómeno conocido como entrelazamiento cuántico han llegado a la conclusión de que este entrelazamiento que aglutina sistemas cuánticos al instante superando cualquier distancia permea todo el universo y es de hecho la sustancia misma del tiempo-espacio. Esto significa que ninguna región del espacio puede separarse y analizarse independientemente: el universo es no-local, lo cual es equivalente a no separable y ciertamente interdependiente en su totalidad. El físico Juan Maldacena piensa que el entrelazamiento cuántico es responsable de la “bella continuidad del espacio-tiempo. En otras palabras, la estructura sólida y confiable del tiempo-espacio se debe a las propiedades fantasmagóricas del entrelazamiento”. 

Podemos ver el entrelazamiento cuántico como una expresión cuantificable de la noción de originación dependiente: un estado cuántico individual no puede separarse del sistema total de la misma forma que un fenómeno no existe independientemente de las condiciones de las que emerge. Algunos físicos incluso han dicho que las diferentes partículas de un sistema cuántico deben tomarse como si fueran una misma partícula. En el budismo lo único que permanece en este universo es el vacío que contiene en sí mismo todos los fenómenos eternamente manifestándose como sueños sin sustancia en una mente luminosa, como olas que se rompen en el viento y regresan al océano de la totalidad. 

Jay Garfield, traductor del Mulamadhyamakakarika, el texto esencial de Nagarjuna, pone el ejemplo de una mesa (y por qué está vacía):

Su existencia como objeto, eso es, como mesa, no sólo depende sí misma o de cualquier característica no relacional, sino también en nosotros. Eso es, si este tipo de mueble no hubiera evolucionado en nuestra cultura, lo que nos parece ser un objeto obviamente unitario en cambio sería descrito correctamente como cinco objetos: cuatros palos bastante útiles absurdamente montados sobre una tabla de madera esperando a ser labrada. Esto es para decir también que la mesa depende para existir de sus partes, de sus causas, de su material, y así sucesivamente. Aparte de éstos, no hay mesa. La mesa, podemos decir, es una tira de tiempo-espacio puramente arbitraria elegida por nosotros como el referente de un nombre único, y no una entidad demandando, por su propia cuenta, reconocimiento y análisis filosófico para revelar su esencia.   

El traductor de textos budistas y también físico Alan Wallace ha celebrado esta maravillosa coincidencia en las implicaciones filosóficas de la física cuántica, un tema que los físicos prefieren separar de su trabajo pero que inevitablemente debe discutirse cuando uno busca formar una teoría completa de la realidad. (La mentada teoría del todo que tanto ambicionan los físicos, no puede prescindir de su significado filosófico, de su aspecto cualitativo). En una entrevista reciente Wallace observa las coincidencias entre Nagarjuna y la física cuántica:

[Nagarjuna] negó la existencia independiente no sólo del yo, el observador, sino también del objeto, el observado; e incluso de la observación misma. El término madyamika deriva directamente del que empleó Nagarjuna para referirse al camino de en medio, aludiendo al espacio entre el nihilismo y el materialismo.

Esto mismo parece ser expresado por Werner Heisenberg al sugerir que la realidad a la que accedemos no existe separada de nuestra observación: “No observamos la naturaleza en sí misma, sino la naturaleza expuesta a nuestro método de cuestionamiento”. Wallace cuenta que cuando le explicó esto al físico Anton Zellinger, éste se maravilló de que se pudiera llegar a esa conclusión sin conocer física cuántica. A lo que Wallace contestó que los budistas tienen otro método para investigar la realidad: “la práctica de samadhi. un método contemplativo para investigar la mente y los fenómenos objetivos”.

Dos cosas fascinantes se derivan lo anterior, primero la validez de un método de investigación interno de observación del ser, el rayo de la mente, el buddhi, posiblemente tan preciso como uno de los telescopios de la ciencia moderna, pero para conocer el cosmos que existe adentro y, por otro lado, que del resultado de las investigaciones deriva toda una filosofía ética, la cual demuestra por qué el conocimiento no puede separarse, como a veces intenta la ciencia, y limitarse a la pura especulación teórica. “Al darte cuenta de que nada existe independientemente, ni los átomos, ni las personas, ni las culturas… brota naturalmente la compasión”, dice Wallace. No existe ninguna motivación más poderosa para ayudar a los demás que experimentar claramente la unidad que existe en todas las cosas y la profunda identidad que existe entre el uno y el otro, de tal forma que no es una metáfora cuando se dice que al hacerle algo a alguien nos los hacemos a nosotros mismos (esta es la llamada ley de oro y el corazón de todas las religiones). La originación dependiente o el entrelazamiento cuántico al final significan que los demás dependen de nosotros y nosotros de ellos en una cadena infinita de reflejos, que estamos entrelazados indisociablemente. Esta no sólo es la conclusión de una visión metafísica del universo, es el principio de toda ética: el todo en el uno, el uno en el todo. 
http://sabiens2.blogspot.com
fuente/pijamasurf.com
 

viernes, 11 de octubre de 2013

LA TEORÍA DE LA INTERPRETACIÓN DE LOS MUNDOS MÚLTIPLES DE LA FÍSICA CUÁNTICA

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I ESTA TEORÍA ES CORRECTA, PODRÍAMOS ESTAR VIVIENDO EN UNA RED DE LÍNEAS TEMPORALES ALTERNATIVAS

La Interpretación de los Mundos Múltiples de la física cuántica ha existido por casi 60 años. Es una idea muy controvertida que sugiere que nuestro mundo – y todo en él – está en constante división en líneas de tiempo alternativas. Si es correcta, esto es lo que su verdadera existencia en realidad podría ser.

Hace más de cien años, el descubrimiento de la física cuántica arruinó la fiesta. Nuestra cómoda concepción del universo como un mecanismo de relojería fue desbaratada con la constatación de que, a escala micro, hay un poco de locura en marcha.

Gracias a la mecánica cuántica, ahora sabemos que la materia toma las propiedades de ambas, partículas y ondas. Es más, gracias a Werner Heisenberg y Erwin Schrödinger, podemos no estar seguros sobre el impulso y la posición de una partícula, ni tampoco podemos estar seguros sobre el estado de un objeto cuando no está siendo observado . En otras palabras, el universo, -por lo menos en una cierta escala-, parece ser completamente difuso y nebuloso. Posiblemente incluso aleatorio.

La física cuántica ha alborotado completamente los principios clásicos, -y aparentemente intuitivos-, de espacio y tiempo, causalidad, y la conservación de la energía. Esto quiere decir que las interpretaciones de Newton, e incluso Einstein, del universo son insuficientes. En efecto, si queremos desarrollar una teoría unificada y comprensible de todo, vamos a tener que conciliar todo esto de alguna manera.

Sin embargo, algunos físicos, molestos por las implicaciones de la mecánica cuántica en nuestra comprensión del universo y nuestro lugar en él, siguen optando por ignorarla o descartarla como un tipo de desagradable inconveniente. Y es difícil culparlos. La física cuántica no sólo es molesta a la física convencional. También perturba el sentido de nuestro lugar en el universo a escala copernicana: un cambio de paradigma que arrastra un profundo y metafísico bagaje existencial.

La negación, sin embargo, no va a ayudar a la situación, -ni va a promover la ciencia. Los físicos no tienen más remedio que postular las teorías que tratan de explicar las cosas que ven en el laboratorio, no importa lo extraño que parezcan. Y en el mundo de la mecánica cuántica, esto ha dado lugar a una serie de interpretaciones diferentes, incluyendo la interpretación de Copenhague, la Interpretación Ensemble, la teoría de Broglie-Bohm, y muchas, muchas otras.

Y por supuesto, la famosa Interpretación de los Mundos Múltiples.

La formulación “Estado Relativo”

De vuelta a la década de 1950, un estudiante de Princeton con el nombre de Hugh Everett III se enredó en el maravilloso y loco mundo de la física cuántica. Él se familiarizó con las ideas de Niels Bohr, Heisenberg y Schrödinger, y estudió con Robert Dickie y Eugene Wigner. Luego, en 1955, comenzó a escribir su Ph.D. tesis bajo la tutela de John Archibald Wheeler.

En 1957, publicó su trabajo bajo el nombre de “Mecánica Cuántica por el método de la función de onda universal.” Finalmente, después de más ediciones y recortes, fue republicado bajo el nombre de “Mecánica ondulatoria sin Probabilidad”, y aunque se refirió a su teoría como la “formulación de estado relativo”, fue rebautizado como la Interpretación de los Mundos Múltiples(IMM) por Bryce Seligman en los años 60 y 70.

Pero al igual que muchas teorías seminales en la ciencia, la idea de Everett fue despreciada. Tan despreciada, de hecho, que renunció a la física y se fue a trabajar como analista de defensa y consultor.

Ahora, unos 60 años después, su idea radical pervive en un pequeño ,-pero en crecimiento-, subconjunto de físicos. En una encuesta reciente de físicos cuánticos, el 18% de los encuestados dijo que suscribían la IMM (en comparación con el 42% que compran en la dominante interpretación de Copenhague).

El Postulado de Everett

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En esencia, la gran idea de Everett fue la sugerencia de que el universo entero es mecánica cuántica por naturaleza, -y no sólo el espeluznante fenómeno hallado a una inderminista escala microscópica. Al traer eventos macroscópicos al panorama, él trastornó la importancia de medio siglo de trabajo de los que le precedieron. Los dos mundos diferentes, argumentó Everett, pueden y deben estar vinculados.

Sin duda, el problema que presenta la mecánica cuántica es la constatación de que parece que vivimos en un mundo determinista (es decir, un mundo comprensible y racional) que contiene algunos elementos no deterministas. Everett trabajó para conciliar el micro a la macro argumentando que ninguna división arbitraria debe ser invocada para delimitar los dos reinos.

A su juicio, la función de onda universal, es una lista matemática de cada configuración única de un objeto cuántico, como un átomo de hidrógeno. Es una descripción de cada posible configuración de cada partícula elemental única en el universo (que es una gran lista). Lo que no aplicó Everett fue  la ecuación de función de onda de Schrodinger a la totalidad universo, -por lo que ahora es conocido como el Postulado Everett:

Todos los sistemas aislados evolucionan de acuerdo a la ecuación de Schrödinger.

Everett también argumentó que la medida de un objeto cuántico no le fuerza a uno u otro estado comprensible. En cambio, hace que el universo se divida, o se ramifique, para cada posible resultado de la medida, el universo se divide literalmente en mundos distintos para adaptarse a cada resultado posible. Y curiosamente, la idea de Everett permite a la aleatoriedad ser eliminada de la teoría cuántica, y, en consecuencia, de toda la física (con lo que hace a los físicos muy felices).

Vale la pena señalar que la IMM está en agudo contraste con la famosa interpretación de Copenhague, una rama de la física que dice que la mecánica cuántica no puede producir una descripción coherente de la realidad objetiva. En su lugar, sólo podemos tratar con probabilidades de observación o medir diversos aspectos de cuantos de energía, -las entidades que no se ajustan a las ideas clásicas de partículas y ondas. Sus partidarios hablan sobre el colapso de la función de onda, -que sucede cuando se hace una medición, y que hace que el conjunto de probabilidades asuma inmediatamente al azar sólo uno de los posibles valores posibles.

Tantos Mundos

Según Everett, un “mundo” es un subsistema complejo, causalmente conectado que no interfiere significativamente con otros elementos de la superposición mayor. Estos “mundos” se pueden llamar “universos”, pero “universo” tiende a describir todo el tinglado.

Ni que decir tiene, es una teoría metafísica que altera drásticamente nuestra comprensión del universo y nuestro lugar en él. Si es verdad, el universo se compone de una incesante serie de líneas temporales que se ramifican para dar cabida a todas las posibilidades. Ulteriormente, esto significa que una versión tuya, -o lo que crees que eres-, está constantemente bifurcándose hacia otras historias alternativas.

Por ejemplo, en el caso del gato de Schrödinger, no es tanto vivo como muerto cuando no fue observado. En cambio, una versión del mismo deja de existir, mientras que otra vive en una línea de tiempo alternativa. Como otro ejemplo, una versión de ti deja de leer mi artículo en este punto exacto, mientras que otra versión tuya continuará hasta el final. Podría incluso haber alguna versión malvada tuya en alguna parte. Mientras que es probable, -y no viola las leyes físicas en la escala macro-, una nueva versión del universo, y todo lo que hay dentro de ella se creará. A su vez, estas continuarán ramificándose en base a las nuevas contingencias contenidas en las mismas. Pero los mundos Everett en los que la probabilidad colapas nunca pueden ser realizados, y, en consecuencia, nunca pueden ser observados.

Así que lo que parece ser un solo individuo que vive momento a momento es en realidad un múltiple  flujo perpetuo de experiencias; no hay una única línea de tiempo. En cambio, hay muchos, muchos mundos. Esto significa que todas las posibles historias alternativas y futuras son reales.

Esto también significa que podría haber un número infinito de universos, -y que todo lo que pudo haber sucedido en nuestro pasado, de hecho ha sucedido en el pasado de otros mundos.

Extraño e Incomprobable

Como era de esperar, hay una serie de objeciones a la IMM. Como se ha señalado, el 82% de los físicos cuánticos no lo acepta.

Una de las quejas más comunes es que la IMM viola gravemente la conservación de la energía (es decir, ¿dónde diablos está toda la energía procedente de combustibles de todos estos nuevos universos?). Otros sostienen que se viola la navaja de Occam, que no da cuenta de los acontecimientos que no son locales (como un alienígena haciendo una observación muy, muy lejos), o que sus parámetros y definiciones, como “medida”, son demasiado generosos o vagos .

Y, por supuesto, conduce a una serie de conclusiones extrañas. Por ejemplo, una versión tuya que ganará la lotería cada vez que juegue. Claro, es altamente improbable, pero no imposible. En el espacio de todos los mundos posibles, una versión tuya tendrá que experimentarlo.

Tal vez aún más extraño es el escenario en el que una persona, -alguien que no pueda tocar un instrumento musical-, se sienta delante de un piano e interpreta  Claire de Lune de Debussy a la perfección estrictamente por casualidad. Claro, las probabilidades de golpear correctamente cada nota sucesiva alcanza una escala astronómica conforme la pieza avanza, -pero esto es lo extraño que surge cuando tenemos que considerar (1) probabilidades y no imposibilidades, y (2) el número casi infinito de expresiones de todos los mundos posibles.

Pero algo sobre este escenario parece…equivocado.

Otra perspectiva interesante y relacionada proviene de la página web Rational Skepticism (Escepticismo Racional):

Por ahora, la IMM es físicamente dependiente. Es decir, la probabilidad de un resultado se evaluó a partir de potencial físico. Sin embargo, todos sabemos que la probabilidad de eventos no está supeditada a los potenciales físicos. Sé, por ejemplo, dada la evolución de mi propia vida/mente, que la probabilidad de convertirme mañana en un materialista, es cero. No tengo ninguna duda sobre eso, ya que yo ya he estado allí y he visto los defectos de eso(por no mencionar todo lo que he ‘visto’). Del mismo modo, todos ustedes pueden estar seguros de una cosa u otra. Además, por ejemplo, si existe el potencial físico, la probabilidad de que en los titulares de los periódicos de mañana el Papa como un asesino homosexual ateo me parece difícil, por  lo menos. Por lo tanto, ¿estos son muchos mundos limitados por lo que es físicamente posible, o por lo que es razonablemente posible? Es decir, ¿qué preocupaciones emotivo/mentales dictan que mundos son posibles, o sólo físicamente potenciales? En vista de ello, parece que la IMM no tiene ningún recurso para ese potencial mental.

Lo cual es un gran punto. ¿En qué momento la probabilidad, -incluso dentro de los límites de la física clásica-, entra en el reino de la absoluta improbabilidad? En el ejemplo anterior, la de nuestro pianista increíblemente afortunado, tal cosa nunca podría suceder porque la persona no ha desarrollado la musculatura del dedo adecuado, o de repente puede detenerse a la mitad de su actuación, horrorizado por su peculiar logro.

Y también está la cuestión de la capacidad de prueba. Lamentablemente, no podemos comunicarnos con nuestras copias. Cada versión de nosotros sólo puede observar una instancia del universo en un momento dado. Por tanto, la IMM se considera incomprobable, -llevando a muchos a descartarla como acientífica o una cosa de locos.

En realidad, puede haber una manera de probarlo. La IMM implica la hipótesis de la inmortalidad cuántica, -el argumento de que una versión de nosotros siempre observa el universo-, incluso en la más improbable de las circunstancias. Para probar la IMM, todo lo que hay que hacer es intentar el suicidio en base a un esquema de 50/50 de probabilidades. Según la teoría, una versión tuya  sobrevivirá a los intentos de suicidio, -pero es una oportunidad entre billones. La baza, por supuesto, es vivir la vida de esa versión particular tuya. Buena suerte .

Hugh Everett, a pesar de su creencia en la inmortalidad cuántica, murió en 1982. Pero su idea sigue viva, -una especie de inmortalidad en sí misma.

http://maestroviejo.wordpress.com

sábado, 27 de abril de 2013

la pirámide de Keops estaba coronada por una esfera de más de 2 metros.


Las investigaciones del arquitecto catalán Miquel Pérez Sánchez durante más de diez años han permitido reconstruir por ordenador con gran exactitud la pirámide de Keops y determinar que estaba coronada por una esfera de más de 2 metros.

rez Sánchez, que hizo de esta investigación su tesis doctoral, explicó hoy en la presentación del estudio que “del análisis de la pirámide se deduce que era una especie de enciclopedia del saber de su tiempo”.

Fue la primera de las 7 Maravillas del Mundo Antiguo y la única que ha permanecido en pie, y en la actualidad se encuentra desprovista de su recubrimiento original de bloques de piedra caliza blanca y su cima ha perdido 9 metros de altura, por lo que hasta ahora no se conocía su forma exacta, asegura Pérez Sánchez.

La esfera que coronaba la pirámide, según la hipótesis de Pérez Sánchez, simbolizaba el Ojo de Horus y tenía un diámetro de 2,718 codos reales (2,7 metros), la medida del número e. Añade que esta esfera de coronación estaba, a la vez, proporcionada con el Sol y con Sirio, la estrella más brillante del cielo, asociada a Isis.
 
Las investigaciones del arquitecto, que contó con el apoyo de un equipo multidisciplinario, han permitido dibujar el monumento por ordenador con una exactitud de 4 decimales, lo que es “100 veces superior a la precisión habitual en arquitectura”. El dibujo tridimensional de la Gran Pirámide ha permitido descubrir sus medidas originales, analizarla y entender el significado histórico del monumento.
 
Pérez Sánchez explicó que, además de la esfera de coronación, hoy desaparecida, esta reconstrucción ha posibilitado conocer “el ángulo de inclinación, de 51,84º; la plataforma de apoyo de la esfera, de perímetro pi codos reales; y la altura del vértice piramidal, de 277.778 codos reales, igual al cociente de dividir 1.000.000 por 3.600?.
 
A su juicio, el descubrimiento de la forma y medidas originales de la Gran Pirámide, y su reconstrucción y análisis, ha revelado “una arquitectura hecha de pura filigrana matemática y geométrica, geodésica y astronómica”.
 
Los egipcios que idearon la Gran Pirámide tenían “conocimientos científicos insospechados, entre los que cabe destacar el uso del Teorema de Pitágoras dos milenios antes del sabio de Samos, una precisión en la definición del número pi con 6 decimales que se adelantó en 3 milenios, así como el conocimiento del número e y de las medidas de la Tierra, el Sol y Sirio que se anticiparon en más de 4 milenios”.
La dependencia geodésica de la Pirámide de Keops ha sido confirmada por relaciones de escala basadas en el sistema sexagesimal: el meridiano terrestre puede obtenerse como 43.200 veces el perímetro del zócalo en contacto con la tierra; el radio polar, como 43.200 veces la altura total del monumento, y el perímetro medio de la Tierra, como 21.600 veces el perímetro total del zócalo”.
 
Pero, a pesar que la historia oficial se la atribuye al faraón Khufu, varios estudios realizados por científicos y autores de diferentes partes del mundo, apuntan a que el complejo entero de Guiza, incluyendo la Gran Esfinge, fueron construidos mucho antes por una civilización perdida más avanzada, coincidiendo con los cielos nocturnos de épocas que se remontarían hasta el 10.800 a.C. Esto explicaría la falta de momias e inscripciones en las tres pirámides, como así también el anacronismo tecnológico que implican unos monumentos de semejante envergadura cuya perfección aún no puede ser siquiera igualada hoy en día.
Fuente: [Mistery planet]
http://veritas-boss.blogspot.com

traductor

LAQUINTACOLUMNA