Cambrian Genomics sostiene tener las
bases tecnológicas para que sus clientes puedan jugar a crear nuevas formas de
vida, escribiendo con ADN vida digital.
La Biblia, el texto más leído del mundo,
dice que el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios. Paradójicamente es
la ciencia y no la religión la que desea fervientemente hacer efectiva esta
analogía y crear vida, como el Dios bíblico que, según el Génesis, dispuso la
vida en la Tierra como si fuera una especie de proyecto de diseño genético.
Anteriormente ya hemos visto el trabajo
de Craig Venter, líder del proyecto del genoma humano y quizás la primera
persona en crear una forma sintética de vida. Ahora Austen Heinz, CEO de
Cambrian Genomics, quiere democratizar la creación y permitir que tú puedas
también diseñar vida.
“Cualquiera en el mundo con unos pocos
dólares puede hacer una criatura, y eso cambia el juego”, dice Heinz. Su
compañía por el momento utiliza lásers para diseñar ADN personalizado para
farmacéuticas. Pero su intención es reunir fondos para llevar esto a un zona más
radical, al borde del sci-fi: flores que cambian de color, leche sin vacas,
carne no-animal para hamburguesas, pastillas que le dicen al médicos si te has
tomados tus medicinas o un examen que detecta enfermedades con una sola gota de
sangre son algunos de los proyectos de su empresa, dedicada a “imprimir la
vida”.
Heinz no escatima en su ambición.
Imagina que en 20 años “las personas diseñarán a sus hijos digitalmente” y
planea diseñar y añadir nuevos especímenes a la vieja Arca de Noé: “queremos
diseñar organismos que nunca han existido antes”.
Cambrian Genomics (cuyo nombre hace
referencia a la Explosión Cámbrica, el periodo de evolución acelerada de hace
540 millones de años) ha recibido más de 10 millones de dólares de diferentes
inversionistas, incluyendo el transhumanista Peter Thiel, uno de los angel
investers de Facebook. En los últimos años la tecnología para editar el ADN se
ha vuelto mucho menos costosa; Cambrian ha construido máquinas que crean
secuencias de ADN de manera masiva, incluyendo errores en el código. De millones
de secuencias se generan algunas correctas, que pueden ser usadas para programar
formas de vida. “Es la tecnología más poderosa jamás creada. Las bombas de
hidrógeno pueden destruir planetas enteros, pero esta tecnología puede crear
planetas. Este es el más grande logro de la historia –la habilidad para leer y
escribir vida, porque eso es lo que somos”, dice Heinz con un poco de la
soberbia del que quiere hacer como Dios.
http://sabiens2.blogspot.comfuente/ Pijamasurf
No hay comentarios:
Publicar un comentario