La supuesta situación de asfixia financiera
de Iñaki Urdangarin, que le ha impedido, según su propio testimonio,
hacer frente al pago de varias cuotas de la hipoteca que pesa sobre el palacete
de Pedralbes compartido con la infanta Cristina de Borbón, parece haberse
evaporado. Al menos el pasado jueves, el yerno del Rey no dio la menor impresión
de estar pasando apuros económicos mientras apostaba miles de euros en la
ruleta de Aspinalls, uno de los casinos más exclusivos de Londres, según han
confirmado a El Confidencial varios testigos presenciales.
Ese día, su esposa asistía en Madrid al homenaje
que la familia real al completo y todos los poderes del Estado -Gobierno,
Parlamento y Poder Judicial- rindieron a don Juan de Borbón, padre
de don Juan Carlos y abuelo de la infanta Cristina, al cumplirse el
centenario de su nacimiento. Un acto del que Urdangarin fue expresamente
excluido por la Casa del Rey, que desde hace ya 18 meses mantiene al ex
jugador internacional de balonmano completamente al margen de su agenda oficial.
También a la Infanta, aunque en esta ocasión se hizo una excepción por tratarse
de un evento familiar.
El duque de Palma llegó a primera hora de la noche
del pasado jueves, 20 de junio, a la discreta y distinguida sede de Aspinalls,
enclavada en un edificio señorial de Curzon Street, en el lujoso barrio
londinense de Mayfair, uno de los más elitistas de la capital británica.
Escoltado por dos guardaespaldas, Urdangarin accedió al casino en compañía de
una mujer joven y de aspecto elegante, según las fuentes consultadas.
Aspinalls sólo permite la entrada a socios, por lo general aristócratas y
empresarios adinerados de medio mundo, pero también a los invitados de
éstos.
Aunque el casino ofrece a sus clientes tres
salones privados para jugar lejos de miradas indiscretas, el yerno del Rey y su
acompañante eligieron el salón principal del club, donde los jugadores pueden
probar suerte con la ruleta, el blackjack o el póker. Urdangarin se
decantó por la ruleta, pero no tuvo fortuna: gastó varios miles de libras
esterlinas -tras cambiarlas por euros-, según señalan las fuentes consultadas, y
no ganó una sola mano. Su mala racha también salpicó a los empleados
y croupiers del casino, acostumbrados a propinas de hasta 500 libras: el
duque de Palma no les dio nada.
Frecuentaba el casino con
Torres
No es, ni mucho menos, la primera vez que
Urdangarin tantea la suerte en el lujoso club londinense. De hecho, los
trabajadores más veteranos del casino recuerdan alguna que otra visita a los
salones de juego del yerno del Rey y su ex socio en el Instituto Nóos, Diego
Torres, convertido ahora, junto al juez José Castro, en una de sus
peores pesadillas. Las fuentes consultadas han llegado a comparar la actitud
“extravagante” y “altiva” mostrada por el duque de Palmadurante esas
incursiones en Aspinalls con el talante más desenfadado de Torres, que ha
llegado a dejar en alguna ocasión hasta 100 libras de propina.
El abogado y portavoz de Urdangarin, Mario
Pascual Vives, rehusó ayer responder a las numerosas llamadas de este diario
para conocer el motivo del viaje del duque de Palma a Londres, más allá de su
visita al casino de Mayfair. Por su parte, fuentes de la Casa del Rey se
limitaron a señalar: “Ya no gestionamos la agenda de Urdangarin”.
Finalmente, un portavoz de la embajada española en la capital británica aseguró
que la legación diplomática no prestó ninguna asistencia técnica ni protocolaria
al yerno del monarca.
Algunas fuentes apuntan la posibilidad de que el
marido de la infanta Cristina haya viajado a Londres para buscar una salida
profesional, después de que se malograra su contrato en Qatar como ayudante
de Valero Rivera para entrenar a la selección de balonmano del país
árabe. En diversos medios se ha especulado con la incorporación de Urdangarin a
la cadena Duty Free Shops (DFS), propiedad del multimillonario
británico Robert Warren Miller y del magnate francésBernard
Arnault, dueño del imperio de las marcas de lujo Louis Vuitton.
Warren Miller es el padre de Marie Chantal
Miller, esposa del príncipe Pablo de Grecia. Éste es hijo del rey de
Grecia en el exilio, Constantino, hermano de la reina doña Sofía y
tío de la infanta Cristina. El monarca depuesto reside desde hace años con su
mujer, Ana María, en Londres, a donde la Reina viaja con frecuencia
para visitarle, especialmente después de que la amistad de don Juan Carlos
con la princesa alemana Corinna zu Sayn-Wittgenstein se hiciera más
estrecha. Arnault, por su parte, es amigo del Rey, quien al menos en una ocasión
pidió al multimillonario francés ayuda para Urdangarin.
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