J.J.D.R.
Hasta el ser más afortunado del mundo, ése
que pudiese pasar media vida o toda ella viajando, jamás lograría entrever
siquiera una ínfima parte de los recónditos y misteriosos lugares que guarda
nuestro planeta. No es suficiente una sola vida para viajar tanto. Son muchos y
muy lejanos los rincones de la tierra que albergan enigmas complejos y
milenarios.
Así, es el misterio que encierran los
ataúdes colgantes del sur de China que, desde las alturas, son capaces de medir
la capacidad de asombro del viajero.
Los féretros, madera tosca y agrietada por el paso del tiempo, yacen cual
nido de águila en riscos y acantilados intransitables, esperando, adosados a la
roca, el ansiado reencuentro con el cercano cielo.
ATAÚDES COLGANTES Foto http://www.que.es |
Foto http://www.lavueltalamundo.net |
Foto http://www.chatsi.net |
Aunque también, se baraja la posibilidad de
que fuese una manera de proteger los cuerpos de los fallecidos de los
corrimientos de tierra ocasionados por riadas y fuertes trombas de agua que
inundan habitualmente el país e incluso alejar a las alimañas y profanadores de
tumbas de los ajuares funerarios con los que eran
enterrados.
Aunque hay ataúdes de diferentes épocas, no
se ha podido fijar un periodo concreto de inicio de éste ancestral ritual. Hay
féretros como los que se encuentran en la montaña Taoísta sagrada de Longhu, al
sur del río Yangtsé, cuya datación dio un cálculo aproximado de 3000 años de
antigüedad.
Normalmente los ataúdes eran tallados de una
sola pieza de madera, lo que hacía que fuesen mucho más confortables para el
difunto a la vez que enormemente pesados, alcanzando en ocasiones los 300 kg de
peso.
Fueron varias las etnias que tuvieron entre sus costumbres tan osada y
curiosa forma de enterramiento. Los Bo fueron seguramente los más importantes.
Abarcaron un periodo cronológico muy amplio, y sus ataúdes son muy numerosos,
así es el caso de Gonxiam, dónde son más de 300 los que se conservan con una
antigüedad que ronda los 3000 años. Otros como los Guyee, acostumbraron a
introducir los ataúdes en cavernas aisladas en los riscos pedregosos, estando
los más cercanos al suelo a 20 metros y los más altos cerca de 300 metros.
También los Shang usaron de ésta técnica de enterramiento en las montañas. Se
sabe que los féretros de ésta etnia se remontan a los años 1766-1121 a.c., por
las placas de bronce encontradas en los ajuares funerarios, lo que los convierte
hasta el momento en los más antiguos de toda china.
Foto http://www.alpoma.net |
Foto http://www.archivost.com |
Aunque, sin duda alguna, los que más han
llamado la atención de arqueólogos e historiadores son los ataúdes encontrados
en Bawuxia a orillas del Yangtsé, en las inmediaciones de las tres
gargantas.
Cuando se abrieron varios de los féretros se
encontraron con que estaban ocupados por parejas de hombre y mujer, y no sólo
con un cuerpo como era habitual. Se piensa que al morir el hombre, se encargaban
de dar muerte a su mujer para que así lo acompañase en el otro mundo.
En el año 2003 en la provincia central de
Guizhou, se descubrieron más de 1000 féretros en una sima con una característica
de enterramiento peculiar. Los ataúdes que se encontraron a más altura
pertenecían a las generaciones más antiguas alineándose sucesivamente hacía
abajo las generaciones más recientes.
En Filipinas también se han encontrado ataúdes colgantes. Los de Sagada son los más populares. La diferencia entre ambos estilos radica en la mayor complejidad de los enterramientos chinos, que logran mantenerse soportados por estacas y sogas apareciendo además muchos más aislados. Los féretros encontrados en Sagada se apiñan indiscriminadamente y, como norma general, en cuevas o cavidades en las paredes de las montañas.
Lo increíble de enterramientos tan extraordinarios, es intentar dilucidar
cómo se las ingeniaban para transportar y colocar tan pesada carga en lugares
prácticamente inaccesibles. Se cree que primero escalaban la montaña y una vez
ubicados en el lugar deseado, soltaban las cuerdas que amarrarían el ataúd para
posteriormente izar el féretro hasta su lugar de descanso. Sin duda alguna, la
tarea no debía de ser nada fácil.
En Filipinas también se han encontrado ataúdes colgantes. Los de Sagada son los más populares. La diferencia entre ambos estilos radica en la mayor complejidad de los enterramientos chinos, que logran mantenerse soportados por estacas y sogas apareciendo además muchos más aislados. Los féretros encontrados en Sagada se apiñan indiscriminadamente y, como norma general, en cuevas o cavidades en las paredes de las montañas.
Foto doggie.net |
Desde tiempos ancestrales, el ansia del ser
humano de alcanzar una vez fallecido, el cielo como lugar de descanso, llevó a
nuestra especie a idear ritos y religiones que avalaran la ansiada meta del
cielo. Cuál es el método indicado, si lo hubiera nadie lo sabe ni lo sabrá
jamás.
Pero de lo que no cabe duda es, que al
enterrarse en las alturas, un trecho del trayecto ya está
recorrido.
Aportes y Datos:
Planeta sapiens
http://www.planetasapiens.com/?p=1221
El mundohttp://www.elmundo.es/elmundo/2005/05/14/ciencia/1116094725.html
http://maestroviejo.wordpress.comAportes y Datos:
Planeta sapiens
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El mundohttp://www.elmundo.es/elmundo/2005/05/14/ciencia/1116094725.html
http://www.centineladelsendero.com/
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