domingo, 14 de abril de 2013

Cae lluvia desde los anillos de Saturno cubriendo grandes extensiones del planeta


Saturno, el planeta de los anillos no deja de sorprender a los astrónomos. Una nueva investigación de la Universidad de Leicester, Inglaterra, reveló una lluvia de partículas de agua cayendo sobre grandes extensiones del planeta, cuyas dimensiones son mucho más de lo que se había pensado.

Esta cantidad de lluvia es capaz de alterar la composición y estructura de la atmósfera superior de Saturno, dice el reporte divulgado ayer por la NASA y publicado en revistas científicas.

Saturno es el único de los planetas del Sistema Solar que es capaz de mostrar una interacción significativa entre la atmósfera y el sistema de anillos, dice el investigador de Leicester, James O’Donoghue, autor del estudio.

“El principal efecto de la lluvia de los anillos es que apaga la ionosfera de Saturno. En otras palabras esta lluvia reduce significativamente las densidades de electrones en las regiones donde cae”, dice O’Donoghue

Durante muchos años habían observado que las densidades de electrones eran considerablemente bajas en algunas latitudes del planeta; ahora entienden más los orígenes de esto.

“Se concluye que el mayor motor del ambiente y clima de la ionósfera de Saturno, a través de vastas extensiones, son las partículas de los anillos localizadas a unos 60.000 kilómetros de altura (36.000 millas) de altura”, dijo Kevin Baines, investigador del Laboratorio de propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, en Pasadena.

Estas partículas de los anillos tienen la facultad de influir en la temperatura de la parte de la atmósfera que alcanzan, señala Baines.

En las imágenes de la nave Voyager de la NASA, el 1980, los astrónomos descubrieron bandas oscuras, y teorizaron que podía ser un efecto de la lluvia de partículas. Luego en revelaciones dadas por el Observatorio Keck en Mauna Kea de Hawái, en 2011 se observó algo similar.

Con un instrumento de Keck rastrearon el efecto que tiene la lluvia de partículas de los anillos en la atmósfera, que se encuentra a su vez cargada con un flujo de partículas de alta energía o radiación solar.

Tanto la Tierra como Júpiter miradas desde el exterior brillan uniformemente en el Ecuador, a causa de la luz solar, sin embargo, en Saturno no es igual en diferentes latitudes.

“Mientras Júpiter se enciende en forma homogénea en las regiones ecuatoriales, Saturno tiene bandas oscuras donde el agua está cayendo, oscureciendo la ionósfera”, señala Tom Stallard, de la Universidad de Leicester, co-autor del estudio.

“Estamos tratando también de investigar estas características con un instrumento de la nave espacial Cassini de la NASA. Si tenemos éxito, Cassini nos permitirá ver con mayor detalle la forma en que el agua está removiendo las partículas ionizadas, como los cambios de altitud y efectos durante las horas del día”, destacó Stallard

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