miércoles, 20 de febrero de 2013

La Extraña Explosión de la Torre PEMEX

El pasado jueves 31 de enero, una explosión en el edificio administrativo de la empresa pretrolífera PEMEX dejó, al menos, 37 muertos y cientos de heridos.
La versión oficial asegura que el incidente fue debido a una fuga de gas en los sótanos del edificio de oficinas B2 de dicha compañía. Un posterior fallo eléctrico fue lo que provocó la deflagración causando multitud de daños materiales y personales.
Sin embargo, desde MD creemos que la versión oficial oculta algo a la opinión publica. Y es que, según las fuentes consultadas, los grupos que investigan las causas del “ incidente” habrían encontrado restos de C4 en el lugar de la explosión. El C4 es un explosivo puramente militar pero… ¿un atentado llevado a cabo por una fuerza militar o paramilitar? ¿Porqué? ¿Y por quien?

En primer lugar, algunos hechos y declaraciones contradicen la versión oficial. En una entrevista concedida a un medio de comunicación mexicano, una trabajadora de dichas oficinas asegura que ningún empleado detecto la presencia del gas y que en los sótanos del edificio no existe ninguna clase de caldera. Informa, ademas, que instantes antes de producirse la explosión el suministro eléctrico del edificio quedo interrumpido, con lo que la teoría de que un fallo eléctrico haya servido como “detonador” del gas queda invalidada… ¿Cómo es posible que una chispa eléctrica causase la explosión si no había luz en el edificio? Por último, señala lo extraño de los acontecimientos posteriores a la explosión. Afirma que una ambulancia, normalmente, tardaría en llegar al edificio entre 15 y 20 minutos pero aquel día, una flota de ambulancias “en fila india” hicieron acto de presencia en el lugar en cuestión de escasos minutos, antes si quiera de que el edificio fuese evacuado; como si supiesen que “algo” iba a pasar.
La teoría de la explosión de gas se iba cayendo por momentos. Si a ellos sumamos que el gas es un fluido y, como tal, tiene la particularidad de adaptarse al recinto que lo contiene, es prácticamente imposible que se produzca una explosión de semejantes características en un edificio de oficinas. En primer lugar por que el gas escaparía por cualquier tipo de ventana o conducto (un edificio de oficinas no es como una vivienda, posee sistemas de ventilación, recirculación de aire y tuberías de aire acondicionado) haciendo imposible la concentración necesaria del mismo (debe estar libre de cualquier otra “impureza” ambiental) para que cause una explosión.

Desde ese día, se ha llevado a cabo el mas absoluto hermetismo en cuanto a la investigación de las causas de la explosión se refiere. Si, según lo expuesto hasta el momento, descartamos la teoría de una explosión accidental solo nos queda, por definición, que el “accidente” haya sido provocado (teoría que comparte casi todo el pueblo mexicano). ¿ Quien estaría detrás de un hecho así?. Todo apunta a que la mano en a sombra habría que buscarla en los intereses pretolíferos que países como EE.UU. tienen en la zona.
PEMEX es un suculento bocado para las empresas energéticas de USA; es la cuarta empresa productora de crudo del mundo, con una producción cercana a las 2,5 millones de barriles diarios. Ademas, el pasado mes de noviembre descubrió un yacimiento en el sureste de México que fue definido como la mayor reserva petrolífera encontrada en décadas (se espera extraer de ella entre 500 y 1000 millones de barriles).
Y es que los intereses de Estados Unidos en Centroamérica son vitales para su sector energético. La firma en 1994 del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) garantizo a USA, y a su sector privado, los privilegios de explotación de crudo en la zona del Golfo de México así como en otras zonas de dicho país.

Una de la empresas con mas intereses y negocios en la zona es Halliburton (que tiene mas de 150 contratos de explotación en México con cifras cercanas a los 5.000 millones de dolares). Halliburton es también la empresa que mas se benefició de la invasión de Irak por EE.UU. embolsándose cerca de 18.000 millones de dolares en contratos para la reconstrucción del país (¿Casualidad?). Asimismo, financió la campaña política hacia la presidencia del anterior gobernante de México Felipe Calderón y, suponemos, que también habrá sido uno de los perpetradores del camuflado “golpe de estado” que aupó a actual presidente de México Enrique Peña Nieto al poder.
Y es que tanto antes Calderón como ahora Peña Nieto abogan por la inversión privada en PEMEX, lo que conduciría paulatinamente, a su total privatización a pesar de ir en contra del articulo 27 de la constitución del país donde se hace explicita referencia a que no se otorgaran concesiones ni contratos y que sera la nación de México quien tenga un control absoluto en lo referente al petroleo.
Según Peña Nieto, PEMEX necesita financiación de manera inmediata para modernizarse y para garantizar que puedan financiarse la apertura de futuros yacimientos (desde MD no creemos que la cuarta compañía mundial en producción de crudo no tenga los fondos suficientes para ello). Y para ahogar financieramente aun mas a la empresa y presentarla como deficitaria, se la fusila a impuestos desproporcionados y, a la vez, se le retira el casi billón y medio de pesos de financiación estatal con el que era subvencionada (a pesar de que el 40% del PIB de México sale de esta empresa).

La presión de los grandes lobbies petroleros de EE.UU. ha hecho que maduren los frutos rápidamente. Los distintos gobernantes mexicanos piden a gritos la privatización de la empresa mientas el pueblo mexicano no entiende esta medida y lo ve como un completo saqueo a sus bienes estatales. La explosión del pasado 31 de enero obedece al principio de: problema, reacción, solución. Si se convence a la gente de que realmente se necesita inversión privada por la precariedad de las instalaciones (este es el quinto accidente en seis años) tal vez el pueblo comprenda e incluso llegue a justificar y defender que se venda la empresa al capital extranjero.
La explosión de la sede administrativa de la empresa es un golpe maestro para la ultima fase de la privatización. Según la versión oficial, en las oficinas solo se guardaban algunos datos relativos a recursos humanos y expedientes de trabajadores, pero algunos empleados defienden que, con la explosión, quedaron reducidos a cenizas numerosos documentos de la empresa en lo referente a auditorias y actas patrimoniales. Creemos que esto es una estrategia para hacer desaparecer cualquier tipo de dato al respecto de los bienes y el valor real de la empresa para su futura venta.

Según creemos desde MD estamos asistiendo a un nuevo paso de ese neocolonialismo que aspira con hacerse con el control de todos los recursos energéticos a nivel global y no escatima en victimas humanas para llevarlo a cabo. Irak, Mali, México, Siria… ¿Cuál sera el próximo objetivo de estas rapaces? Por desgracia creemos que no tardaremos mucho tiempo en averiguarlo…
 
 
 
 

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traductor

LAQUINTACOLUMNA